Co(a)sas que importan

casa

Elegir una casa es mucho más que buscar paredes y un techo. Se trata de encontrar un lugar que sientas como tuyo, un rincón donde puedas ser tú mismo, donde estés en paz sin tener que esforzarte por ello. Puede que estés en plena búsqueda o que sueñes con tu casa ideal algún día, pero, en cualquier caso, vale la pena parar y escuchar lo que realmente quieres.

Imagina entrar en un espacio y sentir, sin explicaciones ni lógica, que ese lugar es para ti. A veces, ese sentimiento te lleva a una pequeña casita en un rincón apartado o incluso a una vida en movimiento en una autocaravana. Puede sonar fuera de lo común, pero al final, ¿no es eso lo que importa? Encontrar un lugar que, en lo profundo… sientas como un verdadero hogar.

Sigue tu corazón, ¿te lo han dicho antes?

Cuando se trata de elegir un hogar, a menudo nos centramos en criterios que otros nos recomiendan. Nos fijamos en el tamaño, la ubicación, el precio, los servicios alrededor, y eso está bien, pero… ¿y si lo primero que debemos escuchar es nuestro propio corazón?

Puede sonar casi poético, pero lo cierto es que hay algo en cada casa que va más allá de su estética o sus características funcionales. Hay casas que, sencillamente, se sienten bien, te llaman, te inspiran, y no siempre hay una razón lógica para ello. A veces, lo que de verdad importa es cómo nos sentimos en un espacio, y no lo que tenga o nos pueda ofrecer materialmente.

Quizás encuentres un lugar en medio de la naturaleza, lejos de la ciudad, sin vecinos a kilómetros a la redonda, o una pequeña casita en un rincón tranquilo del barrio más alejado de una gran ciudad. Tal vez, cuando te paras a pensarlo, no parece una elección lógica. Sin embargo, en el momento en que te imaginas en esa casa, te ves feliz, libre, y conectado contigo mismo. Esa sensación es clave. La elección de una casa debería partir de ahí, de una conexión genuina con el lugar, aunque no parezca lo más convencional.

Tomar decisiones basadas en lo que sientes no es una señal de falta de seriedad o de improvisación. Ni siquiera de que estés siendo irresponsable. Al contrario, es una muestra de que sabes lo que quieres y de que te conoces muy bien. A veces, lo que más necesitas es escucharte a ti mismo, aunque no tengas una explicación clara para los demás.

Porque, al final del día, no hay elección más importante que aquella que te lleva a un lugar en el que puedes ser tú, sin tener que justificar cada elección.

Diferentes tipos de casas que quizás no habías considerado

Si hablamos de encontrar una casa que conecte contigo, también hablamos de abrirnos a diferentes tipos de hogar, incluso algunos que quizás nunca habías imaginado.

No todas las personas necesitan cuatro paredes, un tejado y un jardín para sentirse en casa. Yo, de hecho, no lo necesito: solo necesito una casa con cuatro ruedas que pueda llevarme a cualquier parte, aunque las personas de mi alrededor no lo comprendan. Hoy en día, existen muchas opciones de vida, y todas ellas pueden ser válidas siempre y cuando hagan sentido contigo.

  1. Las autocaravanas y furgonetas convertidas: Para aquellos que llevan el espíritu aventurero en la sangre, como yo, vivir en una casa estática en un sitio puede asemejarse a a vivir en una prisión: las paredes se convierten en las rejas, y la casa en una celda. Hay personas que necesitan libertad, movimiento, explorar el mundo, y eso es tan válido como cualquier otra forma de vivir en que tengas en mente. Por ello, vivir en una autocaravana o furgoneta camperizada puede ser una experiencia muy enriquecedora. Estas viviendas sobre ruedas ofrecen libertad, flexibilidad y una conexión especial con el entorno. Viajar y descubrir diferentes paisajes, conocer nuevas ciudades y estar rodeado de naturaleza puede ser exactamente lo que necesitas para sentirte pleno.

  2. Tiny houses o casas pequeñas: Otro tipo de casa que ha ganado popularidad estos años son las tiny houses o casas pequeñas. Se caracterizan por su simplicidad y enfoque minimalista, pero suelen tener todo lo necesario para vivir cómodamente. En estas casas, la vida se vuelve más sencilla, el espacio se aprovecha al máximo, y se reduce la acumulación de cosas innecesarias. Vivir en una tiny house puede ser la opción ideal para quienes buscan un estilo de vida más consciente y con menos ataduras materiales.

  3. Casas flotantes: Vivir en el agua tiene sus desafíos, pero también proporciona una calma y un contacto único con la naturaleza. Ya sea en un lago, un río o incluso cerca del mar, estas casas permiten una vida diferente y en constante relación con el entorno natural.

  4. Espacios compartidos: Vivir en un cohousing o en una comunidad puede sonar como una idea extraña para muchos, pero también puede brindar un sentido de pertenencia especial. La vida en comunidad permite que cada individuo tenga su propio espacio, pero fomenta la colaboración, el apoyo y la convivencia. Para quienes valoran el sentido de compartir y construir juntos, esta opción puede representar un hogar en todos los sentidos.

Abrirse a estas opciones puede llevarte a descubrir formas de vivir que nunca te habías planteado y, sobre todo, pueden acercarte a encontrar un hogar que realmente te haga sentir en paz.

Escoger una casa y un lugar que vayan contigo

Es importante que la casa que elijas sea un reflejo de lo que eres y de lo que valoras. No se trata solo de la estructura o de las habitaciones, también es esencial pensar en el lugar, el vecindario, el entorno… y en ti y en tus sentimientos. A veces, para algunos, vivir en una gran ciudad llena de opciones y servicios es la elección ideal; para otros, en cambio, un pueblo tranquilo y aislado es el lugar perfecto para desconectar del mundo; y, para otros pocos, no hay nada mejor que poder despertarse cada día en un lugar del mundo distinto.

Un lugar va contigo cuando puedes sentir que la energía, la cultura, y el estilo de vida de la zona resuenan con lo que eres. Es posible que te gusten las ciudades, pero que no te sientas realmente bien viviendo en medio de ruidos y ajetreo. Tal vez prefieras un lugar donde el tiempo parezca ir más despacio, donde la naturaleza sea parte de tu día a día, o donde puedas escuchar el canto de los pájaros cada mañana. Ese lugar existe y vale la pena dedicar tiempo a encontrarlo.

Reflexiona también sobre tu estilo de vida: ¿Te gusta hacer deporte al aire libre? ¿Eres de los que prefieren la tranquilidad? ¿Te hace feliz el bullicio de un mercado o prefieres la soledad del campo? Estas preguntas te ayudarán a definir no solo el tipo de casa, sino el tipo de entorno donde puedas construir un hogar en el sentido más profundo.

Contar con profesionales que se adapten a tus criterios

Buscar una casa es una experiencia que puede ser enriquecedora, pero también puede ser muy desafiante. Es por ello que la inmobiliaria Nordic Way, con amplia experiencia en el sector inmobiliario, opina que contar con el apoyo de profesionales como agentes inmobiliarios o asesores puede marcar una gran diferencia, sobre todo si ellos entienden y respetan tus criterios, tus valores, y aquello que realmente estás buscando.

No todos los agentes inmobiliarios tienen el mismo enfoque, y encontrar a alguien que entienda tu visión es esencial. A veces, un buen agente inmobiliario es el que sabe escuchar, quien entiende que no buscas simplemente una inversión, sino un lugar en el que realmente puedas vivir. No se trata de que te ofrezcan lo más caro o lo más cercano a los criterios comunes, sino de que te presenten opciones que se ajusten a lo que quieres y necesitas.

Un profesional también puede ayudarte a explorar opciones que quizás no habías considerado, mostrarte lugares que ni siquiera sabías que existían o enseñarte a valorar aspectos de una casa que antes pasaban desapercibidos.

La importancia de reflexionar sobre lo que realmente importa

No dejes que el mercado, las opiniones de otros o las modas influyan más que tu propia voz interior. Al final, vas a ser tú quien viva en esa casa, quien despierte cada mañana en ese lugar donde has de sentirte cómodo y quien construya una vida allí.

No te conformes con lo que parece políticamente “correcto” a ojos de otros o con lo que “todos hacen”, sino con lo que te hace sentir bien a ti. Escoge una casa que te haga sentirte en paz y que puedas llamar hogar, sea grande o pequeña, en la ciudad o en el campo. La elección de un hogar es un acto de amor propio, de respeto por lo que eres y lo que quieres.

Quizás parezca una decisión difícil, pero recuerda que se trata de algo que, en última instancia, debe resonar contigo. No hay mayor satisfacción que encontrar ese lugar donde simplemente puedes ser tú mismo, ese espacio que, cada vez que entras en él, te hace sentir que estás en casa. Al final, eso es lo único que de verdad importa.

Permíteme un último consejo: no temas ser exigente. No temas buscar, explorar, e incluso esperar. Escoge una casa que conecte contigo, y deja que ese sea el primer paso hacia una vida en la que puedes vivir, de verdad, en paz y plenitud.

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