Tener una chimenea en el salón es algo que no pasa de moda. A la mayoría le gusta esa idea romántica de encender el fuego y calentarse con él, sin necesidad de recurrir a la impersonal calefacción. Mientras que en otros tiempos, era la única manera de calentar las casas, en la actualidad, es un elemento con el que no se cuenta. Sin embargo, en los últimos años, las chimeneas han vuelto a cobrar protagonismo y existen infinidad de opciones, adecuadas para cada tipo de vivienda. De hecho quien no tiene una chimenea, es porque no quiere.
Hoy en día, no es necesario disponer de un gran espacio en casa o montar una chimenea de obra. Tampoco hace falta contar con mucho presupuesto o un tiro que saque los humos fuera de la vivienda. El caso es que el concepto de chimenea ha cambiado y ya no se trata de un elemento de calefacción como era en otros tiempos. Debido a la variedad existente de sistemas de calefacción más eficientes y sostenibles, las chimeneas han evolucionado en otro sentido. Pasando de ser esas grandes chimeneas generadoras de residuos y que ocupan mucho espacio, a convertirse en elementos portátiles que, incluso, pueden controlarse a través del móvil.
Adentrándonos un poco en la historia, la palabra hogar, procedente del latín “focus” que, significa a su vez, fuego, en los orígenes de la cultura occidental, las casas siempre han contado con una llama viva. Esta llama, se localizaba normalmente en el centro de la vivienda. La relación del hogar y el fuego ha desaparecido con el tiempo, a causa de que las necesidades de luz y calor se han resuelto con otro tipo de soluciones, más seguras y sencillas. Sin embargo, el fuego, sigue teniendo ese efecto hipnótico y relajante en las personas que, admiramos embobadas la llama. En consecuencia, las chimeneas, se han convertido en un elemento de diseño y decoración que invita a la reunión y el confort.
Clasificación de las chimeneas
Las soluciones para aquellos que no pueden invertir en una chimenea tradicional, por la razón que sea, son de diverso tipo. Encontrando las chimeneas eléctricas o de bioetanol entre ellas. Si bien las primeras no producen fuego, como nos señalan los expertos en cristales para chimeneas de Cristal para chimenea, tan solo lo simulan con iluminación LED aunque generan calor. En tanto que las de bioetanol son una excelente opción para aquellos que quieren fuego real pero prescindiendo de los riesgos que lleva añadidos el gas o las chimeneas de leña. De manera que lo mejor antes de decidirse es conocer todas las opciones para encontrar la chimenea ideal.
En base a su ubicación, las chimeneas se clasifican en insertables, suspendidas, empotrables en la pared, de esquina o doble clara, entre otras opciones. Lo único que varía en realidad, es el lugar en el que se instalan y el tipo de instalación. De hecho, es posible encontrar hasta chimeneas de sobremesa. Además de tener en cuenta que, en función de la ubicación existe la opción de que utilice uno u otro combustible.
Empezando por las chimeneas insertables, su diseño se realiza para ser insertadas en una abertura ya existente, como si fuera una chimenea tradicional. Cuenta con una serie de ventajas como la eficiencia, la estética y la variedad de combustibles a utilizar. Como desventajas, cuenta con la limitación en el diseño y la posible necesidad de hacer reformas para instalarla.
En cuanto a las chimeneas empotrables, se integran en la pared, proporcionando un aspecto moderno y limpio. Son muy similares a las anteriores, con la diferencia de que no tienen por qué ubicarse a ras de suelo, pudiendo colocarse a cierta altura. Entre sus ventajas encontramos el ahorro de espacio, diseños versátiles y un aporte estético moderno y minimalista. Por el contrario, su instalación es más compleja y la visibilidad es limitada.
Se puede optar por chimeneas en suspensión, colgadas del techo que, proporcionan un diseño contemporáneo y llamativo. Se pueden ubicar en cualquier lugar, desde una esquina hasta el centro del salón. Como ventajas, su estética única, la visibilidad despejada y su versatilidad para la ubicación. Entre sus desventajas la estructura de soporte necesaria y los costes de instalación.
Las chimeneas de esquina se diseñan para ajustarse a las esquinas, optimizando el espacio, por lo que son una excelente opción en salones pequeños. Dentro de sus ventajas, el carácter decorativo, la maximización del espacio y la visibilidad desde múltiples ángulos. En contra la ubicación específica y el calor que produce.
Elegir una chimenea de doble cara, permite disfrutar del fuego desde dos lados. Existen incluso las de trescientos sesenta grados que distribuyen el calor en círculo. Sus ventajas son la división de espacios y ambientes, la visibilidad desde ambos lados y la estética moderna. Sus desventajas incluyen los costes de instalación y la necesidad de un espacio amplio.
En cuanto a las chimeneas de sobremesa, pequeñas y portátiles, se colocan sobre una superficie plana. Por eso son ideales para los que cuentan con un sistema de calefacción que quieren añadir un extra puntual o contar con una fuente de fuego real, debido al clima acogedor que produce. Entre sus ventajas, precisamente destaca el hecho de ser portátil, su fácil instalación y la estética decorativa. Como desventajas su menor capacidad de calefacción, la limitada experiencia de fuego y que son para usos ocasionales.
El combustible de las chimeneas
Según el combustible que requiera la chimenea para producir calor, encontramos diferentes tipos. De todos ellos, sin lugar a dudas, la chimenea de leña es la más llamativa. La de toda la vida y que todos conocemos. Agradables de encender en un frio día de invierno. Siguen instalándose aunque es cada vez menos habitual encontrar una de ellas en las viviendas modernas. De todas las chimeneas existentes, estas son las que más calor producen, pudiendo llegar a calentar un salón por completo aunque sea pequeña. Sin embargo, cuentan con numerosos inconvenientes que hacen que sea menos atractiva para los compradores:
- Genera gran cantidad de residuos, sobre todo cenizas.
- Requiere espacio para almacenar la leña.
- La temperatura es difícil de regular.
- Es obligatorio contar con salida de humos y tiro.
- No se puede desatender. El fuego debe alimentarse con frecuencia.
- Su rendimiento energético es bajo.
- Requiere obra para su instalación.
Otra opción, son las chimeneas de gas. El paso siguiente de la chimenea de leña. Este tipo de chimenea se encuentra muy extendido en Europa, aunque en nuestro país, no tienen demasiado éxito. Su funcionamiento es tan sencillo como el de los fogones de las cocinas y pueden utilizar el mismo gas. Las chimeneas de gas cuentan con la ventaja de no generar residuos ni humo, ocupan poco espacio, son muy eficientes, se encienden de forma instantánea y son regulables. Además de necesitar un tiro menor lo que reduce la dificultad de la obra y la instalación. Aun así, también cuenta con algunos inconvenientes:
- Su instalación es más técnica que la de leña, por lo que necesita mano de obra cualificada.
- Necesita disponer de instalación de gas en el edificio o vivienda.
- Son caras, hasta diez veces más que una convencional.
- Las llamas, aun siendo reales, son estáticas por lo que no generan esa sensación de viveza característica del fuego.
Junto a estas opciones, las chimeneas de bioetanol, también producen fuego real. Este combustible se obtiene de la fermentación de las materias ricas en hidratos de carbono, siendo su combustión limpia. Esto quiere decir que las emisiones que produce este tipo de chimeneas, no son perjudiciales, por lo que no requieren de la instalación de un tiro. Se trata de una alternativa extraordinaria a las chimeneas convencionales y las de gas. Producen llama real para el efecto decorativo, al mismo tiempo que su rendimiento energético es del cien por cien. Al no tener tiro, el calor generado, se queda en la estancia. No requiere instalación, por lo que es como comprar cualquier otro elemento del mobiliario. Se saca de la caja y se coloca en el lugar deseado, lo que hace que se trate de chimeneas portátiles con todo lo que eso implica. Poder calorífico, llama real, regulable y sin necesidad de instalación.
No podemos ignorar sus inconvenientes, haberlos hay los:
- El bioetanol no se encuentra con facilidad. Se vende en tiendas especializadas y es caro, más que el gas y la leña.
- Una chimenea mediana de un litro y medio de capacidad, mantiene las llamas encendidas unas cinco horas, por lo que el gasto de bioetanol seria elevado.
- Puede emitir olores, sobre todo si no se utiliza el bioetanol adecuado.
Por último, las chimeneas eléctricas. Sin llamas y sin calor. Se trata de meros elementos decorativos que imitan a una chimenea real. La mayoría de modelos pueden genera calor pero lo hacen a través de una resistencia eléctrica, lo que supone un gasto muy elevado para calentar un salón. La mayor ventaja es su seguridad, sin humos, sin residuos, sin combustible, sin mantenimiento y sin limpieza.
Poco más podemos añadir sobre las chimeneas, ahora te toca a ti decidirte por la que más te conviene, en caso de querer disponer de una.


