La cantidad de problemas a los que estamos haciendo frente en los últimos años parece que no para de crecer. Desde que en el mes de marzo del año 2020 comenzara la pandemia de coronavirus, se han sucedido las desgracias y no solo para los intereses de nuestro país. Hemos visto cómo se han producido desastres naturales como heladas históricas y erupción de volcanes que sí han afectado a nuestro país en concreto, pero otros aspectos como la crisis de suministros que estamos viviendo desde hace algunos años y que se ha recrudecido con la guerra de Ucrania sí que han sido de un corte global… y muy preocupante.
En una noticia publicada en la página web del diario El País se informaba de que los cortes en las diferentes cadenas de suministro podían llegar a provocar pérdidas de hasta el 7’7% del Producto Interior Bruto en la Unión Europea. Se trata de un porcentaje muy importante y que pondría en jaque a muchos sectores de producción tanto de nuestro país como de países de nuestro entorno. Todavía no se conoce cómo atajar un problema como del que estamos hablando y es evidente que nos queda bastante por sufrir para abandonar una situación como de la que estamos hablando.
¿En qué se traduce la existencia de esa crisis de suministros para la gente de a pie? No solo se traduce en una falta o carestía de determinados tipos de productos, sino también en el encarecimiento de aquellos productos que sí están en las estanterías de los supermercados o en cualquier otro local comercial. Ni que decir tiene que este es un problema de gran enjundia para personas que tienen un sueldo normal y que, como consecuencia de todo esto, tienen que asumir una pérdida muy importante de su poder adquisitivo.
¿Qué pueden hacer estas personas o familias para combatir eso? Es cierto que hay maneras de hacerlo posible y de luchar por reducir otro tipo de gastos. Una de ellas es reducir la factura del gas o de la luz, que siempre es bastante incómoda y que condiciona realmente nuestro mes, especialmente ahora que los precios se han disparado como seguramente sepáis si habéis visto la tele en el último año. La mejor manera de conseguir esa rebaja en una factura tan importante como esa es apostar por mejorar el aislamiento de nuestro domicilio. Gracias a ello, no nos hará falta tener la calefacción encendida durante tantas horas ni a tanta potencia, lo que se traducirá en la reducción del importe a pagar.
Pero, ¿de cuánto dinero puede llegar a ser esa reducción? Es la pregunta que todo el mundo se estará haciendo a estas alturas de la película. Según una noticia que fue publicada en la página web de Idealista, la reducción anual puede llegar a ser de hasta un 20%. Si gastamos unos 1.000 euros, ahorraremos 200. No está nada mal, ¿no os parece? Apostar por el aislamiento térmico puede llegar a ser una buena inversión si tenemos en cuenta estos datos.
La necesidad de reducir el consumo de combustible en el hogar para calentarnos durante el invierno ha hecho que la gente empiece a buscar alternativas a la calefacción tradicional. Desde Crearsur Aislamientos tienen claro que reforzar el aislamiento térmico de las viviendas es la opción que está ganando la partida en los momentos que corren, principalmente porque es la que más ahorro permite obtener a las familias a corto, medio y largo plazo. A día de hoy, esta es una solución idónea para combatir las subidas de precios ocasionadas por la crisis de suministros.
Una cuestión que no solo se valora en España
Podríamos llegar a pensar que ese refuerzo del aislamiento térmico es posible en España porque tenemos un clima mucho mejor que el de países como Alemania, Suiza, Austria o algunos otros que se sitúan en la parte central de Europa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que disponemos de zonas de interior, como lo son Burgos o Guadalajara, en las cuales el clima es muy frío durante el invierno y en los que reforzando el aislamiento térmico de la vivienda se puede reducir el coste total por familia del combustible para el hogar. Exactamente lo mismo pasa en esos países que os hemos mencionado y en otros de características climáticas similares.
Una tendencia como de la que hemos venido hablando a lo largo de todo este artículo solo puede crecer en los próximos años. La gente mira cada vez más su bolsillo y no cabe duda de que así va a seguir siendo de cara al futuro. Está claro que el consumo ocasionado por la calefacción va a ser una de las cuestiones de las cuales más personas estén al tanto e intenten reducir. Sería una magnífica noticia para todo el mundo.