Según el Colegio de Arquitectos, en el primer semestre del 2022 aumentó un 24% el número de viviendas visadas para la rehabilitación. Respecto a la segunda mitad del año aún no hay datos oficiales publicados, pero todo apunta a que va en la misma dirección.
Se calcula que un 81% de las viviendas de este país se encuentran en un estado malo o pésimo respecto al ahorro energético. Tenemos un parque de viviendas anticuado. Con una edad media que supera los 45 años.
España vivió el boom de la construcción entre los años 70 y 90. En esos años se construyeron más de la mitad de las viviendas habitadas que hay en las ciudades, así como los equipamientos e infraestructuras: hospitales, colegios, universidades, edificios oficiales, etc. En aquella época no existía una normalización en la construcción y los materiales que se utilizaban eran de peor calidad que los actuales.
A consecuencia de ello, las viviendas españolas tienen problemas para retener el calor en invierno y refrigerarse en verano. Lo que dispara el gasto energético. Esto sin contar el envejecimiento de las cañerías de agua, gas y el lógico deterioro de las fachadas. Los edificios necesitan una puesta a punto para continuar siendo operativos.
Geneo, una empresa constructora ubicada en Madrid, nos comenta que la rehabilitación no se está limitando a los bloques de viviendas. Edificios públicos e inmuebles históricos están recurriendo a ella.
Un objetivo ambicioso.
En tres años el gobierno pretende rehabilitar 500.000 viviendas. Esto supondría crear 188.000 empleos directos y un incremento del PIB de 13.500 millones de euros. Y sobre todo, una reducción considerable del consumo doméstico de electricidad y combustibles fósiles. El plan va orientado a aumentar la eficiencia energética de los inmuebles, es decir, a promover acciones que hagan que los edificios consuman menos energía, se aíslen más y mejor y se vuelquen en la utilización de energías renovables.
Para eso se han puesto en marcha un conjunto de ayudas y subvenciones públicas recogidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia. De los fondos europeos recibidos a raíz de la pandemia, 3.420 millones de euros se han destinado ya a la recuperación económica de los entornos residenciales.
El 58% del monto, 1.994 millones de euros, se han dirigido a la rehabilitación de edificios. Subvencionando un 40% del coste de las obras a aquellos propietarios que las asuman. Casi 1.000 millones se destinan a la rehabilitación de barrios enteros, llegando a subvencionar el 100% de las operaciones en zonas de mayor exclusión social, donde se demuestre que los vecinos no pueden acometer el gasto de las reformas.
Todo esto se da en un marco de inestabilidad económica internacional. Con unos niveles de infracción desorbitados y una crisis en el suministro de gas y petróleo agravada por la guerra de Ucrania.
En esta situación se ha puesto de manifiesto la dependencia energética de España. Casi toda la energía que consumimos la importamos del exterior, pagándola al precio que nos quieran imponer. Cualquier medida dirigida a reducir el consumo energético actual, y en el futuro, es una cuestión vital para la economía nacional y para frenar el creciente endeudamiento exterior.
Ayudas a la rehabilitación.
El blog económico de la web de BBVA informa que estas ayudas están tramitadas por las comunidades autónomas. Estableciendo cada una de ellas las formas y plazos para concederlas, partiendo de los ejes marcados a nivel nacional.
Las obras serán acometidas por las comunidades de propietarios de los edificios. Llegándose a subvencionar hasta un 80% del coste total en aquellos casos que impliquen un ahorro del consumo energético del 60%, corroborado por un informe perital. De todos modos, si la ayuda es concedida, cubre como mínimo un 40% de la inversión.
A eso se le añaden deducciones fiscales, aplicables en la declaración anual de la renta. Si la rehabilitación afecta a todo el edificio, sus propietarios podrán desgravarse el 60% del dinero invertido no subvencionado. Si la rehabilitación implica una reducción del 30% del consumo de energía primaria no renovable, la deducción sobre el IRPF será del 40% del gasto. Para aquellas viviendas, que a consecuencia de las obras, reduzcan un 7% la demanda de calefacción y refrigeración, podrán desgravarse el 20% del dinero invertido.
Esta inversión redunda a medio y largo plazo en el bolsillo de las familias y las empresas. Se pretende con ella aclimatar los hogares y centros de trabajo, gastando menos en el recibo de la luz y del gas. Al mismo tiempo, se gana en calidad de vida, puesto que se acondicionan los edificios para conservar la temperatura del interior, aislándola de las condiciones climatológicas del exterior.
Para el 2030, la Unión Europea espera que no existan inmuebles con certificación energética G, la más baja de la categorización energética, y que todos los edificios de nueva creación sean neutros en emisiones de carbono.
En qué consiste la rehabilitación de viviendas.
Las empresas constructoras que trabajan en la rehabilitación integral de viviendas operan en 4 áreas:
- Rehabilitación de cubiertas.
En este caso se encargan de la impermeabilización de las cubiertas mediante la instalación de tela asfáltica o láminas de PVC, la instalación y restauración de canelones y cornisas, la mejora de los sistemas de evacuación de aguas pluviales, la colocación o sustitución de teja, la sustitución de elementos estructurales de la cubierta o la construcción de una cubierta nueva.
- Rehabilitación de fachadas.
Esto incluye las fachadas de edificios históricos y fachadas protegidas por su valor cultural y arquitectónico. Se encargan de la limpieza de la fachada, de la eliminación de humedades y filtraciones, de su impermeabilización, de la aplicación de revestimientos y tratamientos hidrófugos, del aislamiento térmico y acústico, y de la restauración de elementos dañados.
- Rehabilitación de los cimientos.
Se trata de reforzar la cimentación y estructura del edificio. Para ello aplican recalces y apeos, refuerzan elementos estructurales como vigas y paredes maestras, aplican tratamientos correctivos y preventivos, y refuerzan la estructura en general.
- Eliminación de barreras arquitectónicas y adecuación a la normativa.
En este sentido, eliminan elementos arquitectónicos que dificultan el acceso al inmueble de personas con movilidad reducida y los sustituyen por otros que facilitan la accesibilidad. Como hemos dicho, gran parte de los edificios fueron construidos hace décadas, lo que implica en muchos casos la sustitución de las instalaciones eléctricas, de los conductos de fontanería o la implantación de nuevos sistemas de calefacción o de comunicaciones.
Un inmueble rehabilitado revaloriza su valor.
La antigüedad de una vivienda influye en su precio, pero una buena rehabilitación aumenta su valor. Así lo atestigua Lola Cuesta, directora de ST- Consultores, consultoría adscrita a la Sociedad Española de Tasación, quien comentó a la redacción del periódico El Economista que las viviendas, que se habían rehabilitado a raíz de las medidas impulsadas por el gobierno, habían aumentado su valor en más de un 35%. Según ella, se están colocando a la misma altura que las viviendas de obra nueva.
El precio de una vivienda viene determinado en primer lugar por su ubicación. No cuesta lo mismo un piso en el centro de la ciudad que si está situado en un barrio de la periferia. A partir de ahí, la comodidad que ofrece al usuario es el siguiente criterio que se tiene en cuenta.
En una vivienda rehabilitada, sobre una estructura antigua, que unos arquitectos han confirmado que se encuentra en buenas condiciones, se realizan una serie de acciones renovadoras. No es un lavado de cara. Se impermeabilizan las fachadas, se aíslan acústica y térmicamente las viviendas, se instala una nueva red eléctrica y una nueva canalización de suministros. Se reestructuran la configuración de los departamentos, para hacerlos más cómodos.
Las medidas de eficiencia energética que se están potenciando, redundan en el bienestar y la calidad de vida de los moradores. La colocación de elementos aislantes, que mantienen por más tiempo la temperatura interior de la vivienda, hace que sean más confortantes durante todo el año.
La instalación de puertas y ventanas con nuevos materiales como el PVC, la orientación al sol, la introducción de termostatos inteligentes, persianas eléctricas y sistemas de seguridad, hacen que aunque la vivienda tenga sus años, sea muy valorada por sus habitantes, ya que la vida en ella resulta agradable.
Unas de las zonas más valoradas para vivir en Madrid es el barrio de Chamberí, y para vivir en Barcelona, el barrio de Gracia. Se trata de dos barrios centenarios, con una importante vida comercial, una atractiva oferta cultural y una identidad marcada. Su proximidad al centro de la ciudad es otro de sus atractivos. El mercado inmobiliario en ambos barrios está ligado a la rehabilitación, tanto de los edificios, como del interior de las viviendas. Esto no impide que mucha gente se decida por ir a vivir allí, que cuenten con una población joven en continua renovación, a pesar del precio de los inmuebles.
La rehabilitación de las viviendas ha demostrado ser una estupenda opción para darle una segunda vida a los edificios de nuestras ciudades, con un nivel de prestaciones que se asemeja cada vez más a las viviendas de nueva construcción.