Poco a poco, más lento de lo que podíamos pensar, vamos saliendo del túnel en el que nos había metido el coronavirus. Aunque es cierto que la guardia no se puede bajar, gracias a las vacunas hemos conseguido bajar el número de contagios, y sobre todo, de muertos. Vamos volviendo a la normalidad, pero a la de verdad. Aunque somos conscientes de que dependemos de algunos aspectos.
La vida no será del todo igual, hasta que no hayamos logrado la inmunidad de grupo. Y para eso queda mucho tiempo. Durante estos meses de pandemia hay un sector que lo ha pasado muy mal, el de las bodas. Pero no solo sus profesionales, sino los novios, invitados y organizadores que veían como se suspendían. Y es que algunas normas todavía están vigentes para las celebraciones.
Tras el cese del estado de alarma en mayo, se pueden celebrar bodas y otras celebraciones religiosas de carácter social, tanto en espacios al aire libre como en lugares cerrados, pero se mantienen algunas restricciones, como la obligación de llevar mascarillas o la distancia de seguridad de 1,5 metros entre personas.
En lo que respecta a los aforos y horarios de las ceremonias nupciales, se ceñirán a las medidas sanitarias adoptadas por cada Comunidad Autónoma. Y es que esto es algo que hemos vivido desde el primer día. Las 17 autonomías provocan que tengamos 17 normas. En este caso nos ponemos como ejemplo las normas para bodas en Madrid.
Si la ceremonia se oficia por un ritual religioso, deberá publicarse el aforo máximo permitido en lugar visible del espacio de culto. No estará permitido el uso de agua bendecida ni se podrán tocar o besar objetos de culto. En el caso de descalzarse para la ceremonia, deberá hacerse usando alfombras personales.
El banquete, el fotógrafo, los regalos para los invitados, los trajes de los novios o el viaje de luna de miel, son sólo algunos de los servicios que habitualmente se contratan en este tipo de celebraciones, y que debieron ser cancelados durante el estado de alarma. No queremos pensar lo mal que lo han tenido que pasar todos estos profesionales. Pero ahora es el momento de mirar al futuro, no al pasado.
Normas para el banquete
No se podrán realizar actividades de baile ni de cóctel, ya que el consumo de comida y bebida se debe realizar sentado en la mesa. El banquete sí podrá celebrarse, pero siempre teniendo en cuenta las medidas restrictivas establecidas por la Comunidad de Madrid. Si usted, debido a estas, decide anular la boda, sepa que la empresa organizadora del banquete, a priori, no está obligada a devolverle el importe íntegro, aunque sí tendrán que devolverle el importe correspondiente a los servicios no prestados, por ejemplo el correspondiente al coctel o al baile, si usted lo tenía contratado.
Por su parte, en Cataluña, las bodas se están organizando de día y los que quieren el gran festejo nocturno están programando su celebración para el 2022. De momento, no puede haber baile y los horarios en Catalunya siguen marcados por el cierre de la restauración. Cosas de las comunidades.
Bodas por Internet
Algo de lo más llamativo es que ahora muchas bodas, para evitar aglomeraciones se realizan en streaming. Sí, como si fueras Ibai Llanos. Estamos convencido de que “el streaming ha llegado para quedarse. Cuando pasen las restricciones por la pandemia, habrá personas (abuelos, gente con problemas de salud) que a lo mejor a los novios les hará ilusión que puedan seguir desde la distancia la ceremonia. Pues seguro que lo puede hacer, para sentirse como una estrella de la televisión.
El vestido de novia
Esto es algo que no ha sufrido cambios. Siguen siendo tan bonitos como siempre, lo único que ha podido cambiar, como nos indican desde la tienda de vestidos de boda Joana Diestre, es que las citas son con llamada previa. Es decir, que para evitar aglomeraciones o coincidir con otra novia, tienes que llamar con antelación.
Las lunas de miel
Pues de momento son las grandes sacrificadas. Las dudas asaltaron a las parejas a principios de año debido a las restricciones, pero ahora ya solo una de cada diez descarta realizarlo. Eso sí, hay que mirar con lupa al país dónde se va. Hay que comprobar si aceptan españoles o qué medidas anticovid tienen. Hay que ver si te piden pruebas o tiempo de confinamiento al llegar y volver. Por eso, muchas parejas han apostado por hacer viajes nacionales y dejar el gran viaje para cuando todo esté mejor.
Afortunadamente cada vez queda menos para volver a la normalidad, y las bodas volverán a ser como antes. Así que hay algo que no ha cambiado, al termina gritar ¡qué viva los novios!