Más de medio millón de instalaciones solares de autoconsumo se han colocado en nuestro país en los últimos 5 años. Entre los beneficiarios están familias, comercios, pymes, fábricas… Solo en el 2024 se dieron de alta 84.545 nuevas instalaciones en edificios y casas residenciales.
El cambio climático es un tema que nos preocupa a la sociedad. Esto ha despertado cierta simpatía por las energías renovables, las energías limpias. Aquellas que nos permiten seguir disfrutando de nuestra calidad de vida sin dañar el planeta. Si además podemos instalarlas en nuestra propiedad y apreciar en vivo como nos beneficiamos de ellas, como sucede con los paneles solares, mucho mejor.
Esta tendencia se da en un marco sociopolítico determinado. La ONU aprobó en el 2015 la Agenda 2030 que pretende, para comienzos de la década siguiente, reducir drásticamente las emisiones de CEO2 a la atmósfera en todo el mundo.
Las últimas guerras (Ucrania, Gaza, Oriente Medio) han evidenciado la dependencia que tiene Europa respecto al petróleo y los hidrocarburos. La quema de gas natural continúa siendo el principal recurso para producir electricidad en el viejo continente. Un recurso del que Europa no es productor y sí un gran consumidor.
El encarecimiento del precio del petróleo, a consecuencia del desarrollo de los conflictos bélicos, está sumiendo a la Unión Europea en unos altos niveles de deuda externa. Es momento de buscar alternativas.
Europa, con Alemania a la cabeza, ha decidido apoyarse en la población para reducir los efectos de la dependencia energética. Los ciudadanos estamos orgullosos de ayudar en la medida de nuestras posibilidades. Somos conscientes del problema. En especial, del alto coste medioambiental que tiene el abuso de combustibles fósiles. Sabemos que colocar paneles solares en el techo de nuestra casa cuida el planeta y nos ayuda a ahorrarnos algo de dinero en la factura de la luz. Las instalaciones fotovoltaicas domésticas son como poner nuestro pequeño granito de arena en la lucha contra el cambio climático.
España, un país perfecto para la energía solar.
Los ingenieros de Elemar, un estudio multidisciplinar de ingeniería para la construcción, de Alicante, apasionados de la energía solar, afirman que nuestro país tiene unas condiciones climatológicas excepcionales para proyectar instalaciones fotovoltaicas de gran rendimiento y calidad.
No es para menos. En España tenemos alrededor de 2500 horas de sol al año. Unos 300 días soleados con una media de 8 horas de sol por día.
Si nos comparamos con Alemania, que se ha convertido en el líder mundial del autoconsumo solar doméstico, ciudades como Colonia solo disfrutan de 60 días soleados al año.
En nuestro país se han dado saltos importantes en la implantación de la energía solar en los últimos años. Gracias, entre otras cosas, a que la construcción de estas instalaciones estaba subvencionada por los fondos Next Generation de la Unión Europea. Pero su influencia continúa siendo insuficiente.
En Alemania, durante el 2024, se consiguió que el 47% de la electricidad consumida proviniera de la energía solar. Ese mismo año, España alcanza un hito histórico. El 24,7% de la electricidad generada en el país era energía solar. Hoy somos el séptimo productor del mundo de energía solar, pero en términos comparativos, la influencia de la energía solar está a la mitad que en Alemania. Teniendo muchas mejores condiciones.
El desarrollo de la energía solar en nuestro país avanza sobre dos pies. Por un lado, la promoción del autoconsumo doméstico, colocando paneles fotovoltaicos en los techos de los edificios. Y por otro, en la construcción de grandes parques solares. Centrales eléctricas que generan electricidad captando la energía del sol. Un recurso que incide en el abaratamiento de la electricidad, otro de los problemas que preocupan a la población.
Cuanto nos ahorramos con paneles solares.
Una de las razones que llevan a los ciudadanos a instalar paneles solares en sus casas es la posibilidad de ahorrarse dinero en los recibos de suministro energético (gas y electricidad). La Organización de Consumidores y Usuarios (O.C.U.) afirman que te puedes ahorrar hasta 200 € al mes. Ahora bien, el ahorro no es inmediato.
Colocar una instalación fotovoltaica en un hogar implica una inversión que oscila entre los 7.000 y los 14.000 €. Un desembolso que se consigue amortizar por completo entre 7 y 15 años. A partir de ese momento, el ahorro es íntegro.
Desde que la instalación eléctrica de la casa se conecta a los paneles fotovoltaicos, vamos a percibir una reducción del importe del recibo de la luz, pero con eso no hemos cubierto la inversión.
El ahorro lo notaremos en los conceptos de la factura que hacen referencia al consumo. No así en los gastos fijos y en los impuestos, que llegan a representar hasta el 60% del importe total de la factura. De estos gastos añadidos, un 15% son impuestos: el 21% de I.V.A. y el impuesto sobre la electricidad.
Aunque hayamos colocado una instalación fotovoltaica autónoma, no nos hemos desenganchado de la red general. No es conveniente. Nos asegura un suministro constante e ininterrumpido de electricidad.
Con la instalación de autoconsumo hemos ganado una autonomía nada desdeñable. Por ejemplo, episodios como el apagón general que se produjo este 2025 no nos hubiera afectado. Pero no somos independientes.
Digamos que poner una instalación solar en casa es una inversión estructural a medio o largo plazo que nos dará plenos resultados pasado un tiempo.
Si te has decidido a colocar paneles solares en casa, con esta información no quiero convencerte de lo contrario, solo deseo que seas consciente de la realidad.
Requisitos para instalar paneles solares.
El blog de la web de la compañía Repsol señala que el primer paso antes de colocar una instalación solar en un edificio es solicitar un permiso de obra en el ayuntamiento. Esta solicitud debe ir acompañada de un informe técnico redactado por un estudio de ingenieros que explique la viabilidad del proyecto.
Si la vivienda es unifamiliar, es probable que tengas que adjuntar un certificado de compatibilidad urbanística, emitido por los mismos ingenieros, que asegure que la instalación se adecúa a las nomas y al plan urbanístico del municipio.
Cuando la vivienda se encuentra dentro de un edificio residencial, necesitaras la autorización de la comunidad de propietarios recogida en las actas de una reunión. Una copia de las actas se deberá presentar junto a la solicitud de licencia de obra.
Para la construcción de nuevos edificios, la ley obliga a que una parte de la energía consumida provenga de energías renovables. Esto implica que el proyecto de construcción debe ir acompañado de un Certificado Técnico de Edificación (C.T.E.). La colocación de paneles solares no es obligatoria, pero esta medida actúa como un incentivo para instalarlos y para que el constructor o los propietarios puedan beneficiarse de exenciones y ayudas públicas.
Una vez realizado el montaje, la instalación debe ser inscrita en el registro correspondiente de la comunidad autónoma. Esta medida es obligatoria para poder aprovecharse de los beneficios de la energía solar, como el autoconsumo o la posibilidad de vender el excedente eléctrico a alguna compañía.
Por último, es preciso firmar un contrato de autoconsumo con la compañía eléctrica. Este contrato recoge la nueva situación y las compensaciones que el autoconsumo genera para el usuario.
Posibilidad de vender el excedente.
Una de las posibilidades interesantes de poner una instalación solar en casa es la de volcar la electricidad generada, y no utilizada, en la red general y percibir una compensación económica por ello. Por lo general, esta compensación la notamos en el recibo de la luz.
Aunque la venta de excedente eléctrico derivado del autoconsumo está liberalizada, cada compañía puede poner sus precios, estos oscilan entre los 0.05 y 0.10 € por kilovatio hora.
Como regla general, tú vendes el excedente a tu compañía proveedora. Si quisieras vendérselo a otra compañía con la que no tienes el contrato, porque te pagan un poco más, es probable que te exijan que contrates el suministro con ellos.
La venta de excedente eléctrico a nivel doméstico no es ninguna panacea. Nadie se va a hacer rico colocando paneles solares en el tejado de su casa y vendiendo la electricidad a una compañía eléctrica. Lo que sí representa es una interesante medida de ahorro. Ya que esta compensación se puede deducir, dependiendo de la compañía, de los gastos fijos de la factura. Con lo que notamos un ahorro efectivo. Esta venta nos puede ayudar a amortizar la inversión en la instalación fotovoltaica en menos tiempo.
La medida contrasta con el Impuesto al Sol que impuso el gobierno de Mariano Rajoy hace ahora 10 años. En aquel momento también hubo un boom de la energía solar debido a las subvenciones europeas. Las compañías eléctricas, recelosas de que fueran a perder beneficios, propusieron al gobierno que aprobara un impuesto extraordinario para gravar a los propietarios de instalaciones fotovoltaicas. La idea era disuadir a la población de adoptar la opción del autoconsumo.
Hoy las circunstancias son diferentes. Tenemos mejores condiciones para impulsar la energía solar a nivel doméstico. Una energía que más allá de ser una moda, todo indica que ha llegado para quedarse.


