Asociado a los mayores, este deporte ligero y tranquilo se práctica desde tiempos remotos. Cada vez cobra mayor relevancia en nuestra sociedad aunque todavía no goza del protagonismo que para sus devotos practicantes, merece. La evolución de este deporte ha llegado a nuestros días imponiéndose a base de costumbre y tradición, siendo cada vez más fácil encontrar tiendas especializadas para adquirir todo lo necesario para su práctica.
Aunque se asocia a la vejez, esta asociación se realiza desde un prisma positivo que permite a nuestros mayores disfrutar de un deporte, considerado como un juego, bastante tranquilo que cuenta con la ventaja de poder practicarse en casi cualquier terreno de arena. Es tal su presencia que desde hace unos años, se celebran campeonatos oficiales y existe una competición a nivel mundial en la que siempre suele destacar nuestro país vecino, Francia. A pesar de su ligereza, se trata de un deporte que lo tiene todo.
El objetivo el juego no es otro que colocar el mayor número de bolas cerca del boliche o canica. La ventaja, como decimos es que se puede practicar en cualquier superficie de arena y aunque se practique como entrenamiento y diversión, como es el caso de las personas mayores, existen competiciones oficiales en donde la edad no es tan relevante.
La presencia de tiendas en las que se puede adquirir todo tipo de material profesional para practicar este deporte es cada vez mayor. Como ejemplo tenemos Propetanque, en la que disponen de todo tipo de bolas profesionales tanto para iniciados como para los jugadores más avanzados. Si Francia es uno de los países con más tradición en la petanca, España no se queda atrás, siendo Cataluña la comunidad autónoma con mayores jugadores. Además que países como Estados Unidos o Australia han adoptado esta disciplina deportiva y participan en los campeonatos mundiales que se celebran cada año.
Evolución de un juego milenario
Podemos decir, no sin cierta tristeza, que a pesar de contar con federaciones y ligas amateurs en numerosos puntos de España, dentro del territorio nacional, la petanca se enfrenta a un desvanecimiento, como sucede con otras tradiciones. Sin embargo, los orígenes de la petanca no se encuentran en nuestro país y podemos, decir que va ganando popularidad.
A modo de repaso por la historia de este deporte, nos remontamos a sus orígenes en el siglo VI antes de Cristo, cuando en Grecia se practicaba. Poco después, los romanos introdujeron a este lanzar de bolas, la idea de aproximarse a un objetivo: el boliche. Culturas como la griega y la germana, dotaron a esta disciplina cierto carácter religioso llegando en los siglos XIX y XX a expandirse por toda Francia. Por aquellos tiempos, se acostumbraba a tomar carrerilla para lanzar las bolas. Fue en mil novecientos siete cuando la disciplina tomo el impulso necesario para que tres años después, se constituyera el primer concurso oficial.
Se han encontrado piedras que datan de milenios anteriores a la era cristiana, siendo los historiadores quienes atribuyen a este deporte nada menos que veintiséis siglos de historia. Las citadas bolas de piedra, han sido reemplazadas de forma paulatina por bolas de madera que se claveteaban para hacerlas más pesadas. En la actualidad podemos encontrar modernas y vistosas, bolas de bronce o acero.
La “culpa” de que la petanca haya adquirido su título como deporte oficial la tienen las diferentes federaciones existentes. Hace cuatro o cinco décadas en nuestro país, las competiciones amateurs se organizaban por cafeterías y bares en las que el propietario estaba implicado. Lamentablemente, esta práctica ha desaparecido, lo que ha dejado a la petanca limitada a deporte lúdico o de entretenimiento, relegado a un ámbito familiar.
Por otro lado, la tradición también ha quedado relegada a un segundo plano, siendo más que habitual ver competiciones como la Copa de SM El Rey o la Copa de SM La Reina que se celebra con carácter anual. Sin olvidar que las distintas federaciones como FED Petanca, han solicitado al Comité Olímpico Internacional que la incluyan en los JJOO.
Un juego de táctica con grandes beneficios
No podemos decir que la petanca sea un deporte extremo o de acción. Al contrario, se trata de un deporte tranquilo y sereno, como el ajedrez, en el que la táctica es esencial. La dinámica es sencilla: se trata de lanzar las bolas a un boliche desde una posición fija. Se pueden realizar partidas individuales, por parejas o por triples. Cada uno de los participantes juega con tres o cuatro bolas en individuales, tres en pareja y dos en tripletas. Los diferentes jugadores se turan en los lanzamientos desde el círculo trazado y del que no podrán salir para tirar. La bola puede lanzarse por el aire o rodando indistintamente.
Visto así, la petanca es un juego bastante fácil de practicar que no requiere de poseer unas cualidades físicas específicas para su ejercicio. Lo que si debe tener el jugador es cierta habilidad para adoptar la técnica o estrategia necesaria en cada lanzamiento. Debe saber analizar el juego y acertar en el momento en el que debe utilizar una u otra táctica de lanzamiento entre otros aspectos. Lo que requiere una alta capacidad de concentración, paciencia y resistencia muscular.
A parte de que tenga posibilidades de llegar a convertirse en un deporte olímpico y que cada vez lo practiquen personas de más diversas edades, los beneficios que aporta la petanca a nuestros mayores merecen ser tenidos en cuenta. Tanto a nivel motor, porque ayuda a mantener a los mayores activos, como a nivel emocional, pues se trata de un juego muy divertido que ayuda a envejecer de forma activa y permite la socialización. De esta manera, las personas de mayor edad que juegan a la petanca se mantienen activos y entretenidos.
La actividad física continuada es muy positiva, pues los participantes se encuentran en continuo movimiento. Se desplazan de un lado a otro para observar los tiros, comprobar si las bolas estorban antes de lanzar, apuntar las puntuaciones, etc. Se mueven durante todo el tiempo que dure la partida, evitando el sedentarismo.
Fortalece las extremidades pues es necesario agacharse para coger las bolas y previenen la atrofia de las manos, pues se mueven mucho los dedos, manteniendo las manos activas.
Ayuda a la vista con la agudeza visual, tanto en el momento de apuntar al boliche antes de lanzar, como para comprobar la distancia entre las bolas. Ayudando notablemente a mantener la visión activa y la concentración.
Se trata de una actividad que se realiza al aire libre que permite que metabolicen la vitamina D necesaria, gracias al sol, así protegen sus huesos. Mejora la circulación, protege al corazón y mantiene la actividad cerebral, al tiempo que mejora el ánimo.
Actúa como catalizador de la soledad. Se trata de un juego con más personas por lo que invita a compartir tiempo con otras personas y compañía fuera de casa. Esto hace posible mejorar las habilidades sociales y la comunicación evitando el aislamiento social y favoreciendo el diálogo y la interacción.
Favorece la atención y concentración, puesto que hay que poner mucha atención y estar muy concentrado para ganar la partida.
Por si todo esto no fuera suficiente, la petanca induce a la motivación. A las personas mayores, faltas de actividad diaria, el juego les motiva a ganar, creando un ambiente competitivo pero sano. No requiere de grandes esfuerzos físicos, es sencillo de practicar pero requiere de adquirir buenas posturas para evitar lesiones.
Algunas anécdotas que guarda este peculiar deporte, son de lo más curiosas: la partida más emocionante se produjo en la Copa del Rey de tripletas en dos mil diecinueve cuando el equipo masculino remonto la partida de forma espectacular.
A pesar de tratarse de un deporte ligado a las personas mayores, se trata de una disciplina que en España cuenta con más de treinta y cinco mil licencias y se práctica por más de doscientos millones de personas en el mundo, doblando a deportes tan reputados como el golf.
Otro dato de lo más curioso es que, siendo menos conocida, la petanca sobre hielo si es un deporte olímpico.
Como conclusión, podemos decir que la petanca no es solo un juego de abuelos. Son muchos los adultos de hoy que jugamos a la petanca de pequeños o jóvenes, encontrando en este deporte un reto. Parece algo sencillo pero en realidad requiere de una gran destreza y habilidad. Conocer las reglas básicas para jugar y cumplirlas puede no ser tan sencillo como puede resultar a priori. Basta con ver la evolución de la equipación y las bolas que hoy podemos encontrar en el mercado, para hacernos una idea de que para muchos, se trata de algo más que un juego de barrio. Si deportes tan relajados como el golf, tienen un lugar reputado a nivel internacional, debido a su clasismo, deberíamos hacer lo necesario para mantener vivo este deporte de tradición que conlleva las mismas habilidades que el golpear una bola con un palo y lanzarlo a metros de distancia. Si deportes como el golf tienen tal reputación, deportes como la petanca deberían ser puestos al mismo nivel, aunque para participar no sea necesario ir en un carrito ni llevar un caddy que porte el equipo.