¿Has tenido alguna vez la sensación de que un objeto te atrapa? Es lo que ocurre con las figuras de Lladró, ¡Tienen ese poder! Sus creaciones son armonía, suavidad, elegancia, y a todo el mundo cautivan. Sin embargo, (y por desgracia) la mayoría de las personas pudientes no se paran a verlas por lo que son, ya que las asocian al lujo, pero créeme: lo cierto es que esconden mucho más de lo que se ve a simple vista.
Desde su pequeño taller valenciano, los hermanos Lladró crearon esta firma de porcelana, y no han parado hasta construir un universo propio, que combina técnica artesanal, inspiración artística y una sensibilidad muy difícil de imitar.
Una historia que empezó con las manos.
La historia de Lladró arranca en los años 50, en Almácera, un pequeño pueblo de Valencia, donde tres hermanos (Juan, José y Vicente) empezaron a experimentar con cerámica en su propia casa. Lo que comenzó siendo un entretenimiento acabó convirtiéndose en una vocación. Creaban figuras con un estilo delicado, casi poético, y enseguida destacaron por su forma de tratar el volumen, los gestos y los detalles. Aquello no tenía nada que ver con los adornos típicos de la época.
Poco a poco fueron perfeccionando su técnica y apostaron por una moda estética que destacaba por sí sola: líneas suaves, rostros serenos, escenas con contenido emocional, etc. Con los años, el pequeño taller se trasladó a Tavernes Blanques, donde se encuentra hoy la sede principal. Lo mejor es que, a pesar del crecimiento y del éxito internacional, la esencia sigue intacta: cada obra se sigue fabricando a mano y con cariño, como si fuera la primera.
¿Cómo se fabrican?
El proceso de fabricación de una figura de Lladró es tan delicado como espectacular:
Muchas de sus piezas están formadas por decenas (e incluso cientos) de fragmentos que se ensamblan uno a uno. Cada parte requiere su propio molde, su proceso de secado, su revisión. Y después viene el ensamblaje, el esmaltado, la cocción, y la pintura a mano ¡Sin la intervención de ninguna máquina!
Uno de los materiales más distintivos que utilizan, es una pasta de porcelana exclusiva, conocida internamente como porcelanicrón, que les ayuda a conseguir un acabado ultrasuave, como satinado, y unos detalles increíblemente precisos. Esa textura tan característica es uno de los sellos de identidad más reconocibles de la firma.
Cabe destacar que el color también es muy importante, ya que, aunque hoy en día existen obras de Lladró que tienen acabados metalizados, mates o incluso con intervenciones más contemporáneas, los tonos pastel siguen siendo los más característicos: transmiten paz, dulzura y una nostalgia que resulta muy reconfortante.
¿Qué temáticas abordan?
Lo que más enamora de las esculturas de Lladró es su capacidad para contar cosas a través de cada figura: capturan escenas llenas de significado, gestos cotidianos, vínculos humanos y representan a personajes increíbles, ¡Como El Quijote!
La colección de temáticas es amplia, pero hay algunas categorías que han marcado especialmente el estilo de la casa:
- Escenas infantiles.
Este tipo de figuras representas escenas súper tiernas: niños jugando, abrazando a sus mascotas, dormidos plácidamente o simplemente contemplando el mundo con ojos grandes y tranquilos. Lo más destacable, es que evocan la infancia desde un lugar limpio y cálido, como si fueran recuerdos en forma de escultura.
Son muy apreciadas como regalo de nacimiento, comunión o incluso para conmemorar momentos familiares importantes.
- Personas amándose.
Parejas, madres con hijos, hermanos abrazados, miradas llenas de complicidad… Las figuras que representan el amor (ya sea romántico, maternal o fraternal) consiguen transmitirlo sin grandes alardes. Unas manos unidas, una inclinación de cabeza, un movimiento sutil del cuerpo… ¡Todo está pensado para que cada obra hable por sí sola!
- Religión y espiritualidad.
Lladró ha dedicado también muchas de sus colecciones a temas religiosos, sobre todo en torno a vírgenes, belenes, ángeles o figuras bíblicas. Sin embargo, también ha ampliado su mirada hacia otras culturas, incluyendo esculturas inspiradas en el budismo, el hinduismo o conceptos del mundo zen.
- Ballet y danza.
¡Las bailarinas de Lladró son muy reconocidas! Son uno de sus temas favoritos, y se representan de todas las formas posibles: calzándose, poniendo posturas precisas, con vestidos que fluyen como si fueran de tela, y todo representando siempre una expresión que combina concentración y elegancia.
- Naturaleza y animales.
Los animales ocupan un lugar muy especial en el catálogo de Lladró: cisnes, gatos, caballos, elefantes, perros, aves… A veces aparecen solos y otras, acompañando a figuras humanas. Cabe destacar, que las flores también tienen un protagonismo importante: algunas obras son increíbles, y muestran ramos completamente modelados pétalo a pétalo, a mano. Lo más sorprendente es que cada obra se esculpe con un nivel de realismo increíble, pero siempre con ese toque estilizado que convierte cada figura en una pequeña obra de arte.
- Fantasía y reinterpretación.
En los últimos años, Lladró ha querido dar un giro más creativo a algunas de sus colecciones, y de ahí han surgido esculturas de inspiración fantástica: unicornios, personajes de cuento, figuras que expresan lo tradicional con una estética más arriesgada ¡Todo precioso! También se han lanzado versiones más minimalistas o incluso abstractas de sus figuras clásicas, pensadas para ambientes más modernos.
- Personajes Disney.
Esta ha sido una de las colaboraciones más llamativas de la marca: si te gusta Disney, y sientes predilección hacia las obras de Lladró, te encantará. Ahora puedes ver a la princesa Aurora, de la Bella Durmiente, esculpida en colores pastel por los mismísimos hermanos Lladró ¡Y eso no es todo! Hay todo un catálogo de princesas Disney que te sorprenderá, según Artestilo.
Estas figuras no se alejan para nada de la estética Lladró; más bien la integran en el mundo mágico de Disney con una delicadeza espectacular. De hecho, se han convertido en objetos muy deseados tanto por coleccionistas como por amantes del cine de animación.
¿Por qué las personas adquieren figuras de Lladró?
Una vez conoces el precio de sus obras, entiendes que aquellos que la compran no lo hacen sólo por su belleza. Y es que, a pesar de que muchas personas pudientes las adquieren para demostrar su nivel adquisitivo, también existen personas de un nivel económico más común que las tienen en casa.
Entonces, ¿Qué les empuja a tomar esa decisión?
Muchas veces hay detrás una historia, un motivo, un deseo de conservar algo importante; entonces, cada obra se convierten en recuerdos visibles: la primera figura que te regalaron tus abuelos, aquella que marcó tu boda, la que pusiste en casa cuando nació tu primer hijo.
Hay hogares en los que hay vitrinas dedicadas exclusivamente a estas esculturas. Y como decimos, no es tanto por mostrar valor material, sino porque tienen un contenido emocional. Cada una está asociada a un momento de vida.
Un nombre que cambia sin perder sus raíces.
Durante mucho tiempo, Lladró fue una marca muy vinculada a un tipo de decoración tradicional. Sin embargo, en los últimos años ha sabido adaptarse a nuevos tiempos y gustos sin renunciar a su identidad: ha ampliado su gama de productos con lámparas, joyas, objetos decorativos de gran formato y colaboraciones con diseñadores contemporáneos.
Asimismo, han abierto boutiques en ciudades como Nueva York, Londres, Dubái o Tokio, y participan en ferias internacionales de arte y diseño. Pero lo que más destaca es que no han sacrificado ni una pizca de su proceso artesanal: siguen fabricando todo en Valencia, con los mismos estándares de precisión y belleza de siempre.
Y también es importante mencionar los museos en los que se exponen sus obras ¡Que no son pocos!
Bueno, y ¿Cuánto cuesta una figura de Lladró?
El catálogo de Lladró es muy amplio y los precios dependen de muchísimas cosas: el tamaño de la figura, la complejidad del diseño, si es de edición limitada, si forma parte de una colaboración especial, si está descatalogada o si pertenece a una de sus líneas más nuevas.
Por ejemplo, las figuras más pequeñas, como las de la colección infantil o algunos animalitos, pueden encontrarse en torno a los 100 o 150 €. Las de tamaño medio, con más detalle o varios personajes, ya rondan los 300 a 600 €, y a partir de ahí el rango sube bastante.
Hay esculturas grandes que superan fácilmente los 1.000 o 2.000 €, sobre todo si llevan flores hechas a mano, vestidos complejos o una pintura especialmente detallada.
Por otro lado, las esculturas de gran formato o de edición limitada (algunas de ellas firmadas, numeradas y producidas en cantidades muy pequeñas) pueden alcanzar cifras mucho más altas. Hay obras que cuestan varios miles de euros, sobre todo aquellas que están dirigidas a coleccionistas o a proyectos decorativos muy exclusivos.
Una experiencia que se puede vivir.
Para quienes sienten verdadera curiosidad por este universo, la firma ofrece visitas guiadas a su taller de Valencia, donde se puede ver en directo cómo se modelan, pintan y montan las piezas. Es una experiencia bastante especial, porque uno comprende lo que hay detrás de cada escultura: el trabajo minucioso, la paciencia, los errores que obligan a repetir procesos, y la pasión con la que se hace cada gesto.
También hay exposiciones temporales, ferias, e incluso piezas de edición limitada que alcanzan precios muy elevados en el mercado del coleccionismo.
Ahora ya conoces que hace tan especiales a las figuras de Lladró: son obras únicas, que muestran una presencia calmada, elegante y serena, y están fabricadas con mucho cariño. Probablemente, esto último sea lo que más nos gusta de ellas, porque sin duda, hoy en día destacan bastante en este mercado bastante saturado.