Ya están aquí los números del gordo de navidad.

El gordo de Navidad

Como viene siendo habitual cada año, desde el verano ya están disponibles los billetes para participar en el sorteo extraordinario de lotería de Navidad. El Gordo. Un acontecimiento que, sin duda, forma parte de nuestra cultura. Para muchos españoles, el comienzo oficioso de las fiestas navideñas es el día 22 de diciembre. El día en que este sorteo se retransmite en directo para todo el país por radio y televisión.

A 20 € el décimo, los españoles nos solemos gastar de media unos 67 € por persona en el sorteo de Navidad. Esto viene a ser unos 3 décimos y medio, pero sabemos que este es solo un número referencial. Hay personas que gastan cientos de euros en la participación del sorteo.

Nos gusta tener números lo más repartidos posible. De varias ciudades y de varias procedencias. Sabemos que la suerte es caprichosa y que los grandes premios pueden tocar en cualquier sitio.

Las asociaciones de todo tipo encuentran en la lotería de Navidad una fuente extra de financiación y de enraizamiento en la comunidad. Lo hacen a través de las famosas participaciones. Un número en depósito que revenden en  papeletas que incluyen participaciones de unos pocos euros más una cuantía de colaboración. Hasta algunos comerciantes regalan participaciones de céntimos a sus clientes habituales. Toda una expresión de cultura popular.

Hay administraciones que son icónicas en cuanto a la lotería de Navidad, como la de Doña Manolita, detrás de la Puerta del Sol de Madrid, o la de la Bruja de Oro, en Sort (Girona). La gente hace cola para comprar los billetes allí o los compran online.

Precisamente, la venta de décimos por internet ha diversificado geográficamente la compra de billetes del gordo de Navidad. Así nos lo cuentan los gerentes de la Lotería María Victoria, una popular administración de loterías de Almería, con 40 años de experiencia, que nos comentan que desde que abrieron la página web les han comprado lotería de Navidad en Bilbao, en Zaragoza y hasta en el Reino Unido. Nuestra lotería de Navidad se ha vuelto internacional.

Estos son algunos datos curiosos sobre el sorteo de “El Gordo”.

Breve historia del sorteo de Navidad.

Cuenta la revista National Geographic que el sorteo de Navidad comenzó a celebrarse en plena guerra de la Independencia. El 22 de diciembre de 1812. En concreto, el sorteo se realizó en Cádiz, hasta donde se había desplazado las cortes nacionales que no aceptaban el dominio francés. Desde ese año, hasta la actualidad, el sorteo no se ha suspendido nunca, ni siquiera durante la guerra civil.

Este sorteo comenzó llamándose con un nombre tan poco atractivo como “Prósperos de Premios” hasta que en las papeletas de 1897 apareció impreso el encabezado de “Sorteo Extraordinario de Navidad”.

El sobrenombre de “El Gordo” fue un apodo que le dio la población debido a un personaje publicitario que aparecía en carteles y estampas de la época en la que salía un señor bajito y entrado en carnes, con el traje adornado con bolas, de las que utilizan los bombos, para animar a la gente a que comprara lotería.

Desde 1963, el sorteo se celebró en el salón de actos de la sede nacional de Loterías y Apuestas del Estado, ubicado en la calle madrileña Guzmán El Bueno. En el 2010 se decidió trasladarlo al Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana, para poder acoger a una mayor cantidad de público y medios de comunicación para cubrir el evento. Dos años más tarde, en el 2012, el sorteo pasó a celebrarse en el Teatro Real, más céntrico si cabe. Otorgándole al acontecimiento la consideración que se merece.

Es desde el año 1871 cuando la suerte comienza a ser repartida por los niños del Colegio de San Ildefonso.

Los niños de San Ildefonso.

La imagen de las niñas y niños del colegio público madrileño de San Ildefonso, vestidos con su uniforme escolar, está indisolublemente unida a la lotería nacional y, especialmente, al sorteo del gordo. 32 niños del centro se presentan voluntarios cada año para participar en el sorteo, aunque suelen ser seleccionados entre una cantidad aún mayor de voluntarios. Para ello, el centro efectúa pruebas en las que se valora la edad (mayores de 8 años), su fluidez verbal y su pronunciación.

Recuerda el periódico El Español que el primer niño de este colegio en cantar la lotería fue Diego López, el 9 de marzo de 1771, durante el reinado de Carlos III. Desde entonces, la historia de la lotería nacional y la de este colegio han estado unidas.

Para saber por qué se escoge este colegio y no otro hay que remontarse a los orígenes y naturaleza de este centro educativo. El colegio residencia de San Ildefonso se remonta al año 1543, cuando el emperador Carlos V concedió la Real Cédula a la Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso para que abrieran un hospicio en el centro de Madrid, en el que albergar a huérfanos y niños de la calle con la intención de infundirles la fe cristiana e insertarlos en la sociedad.

El colegio funcionó como orfanato exclusivamente durante más de 400 años. En los años 60 se empiezan a admitir a otros niños del barrio que vivían con sus familias. También hay que destacar que el colegio de San Ildefonso fue un colegio masculino hasta que en 1981 se comienza a admitir a niñas, convirtiéndolo en el colegio mixto que es hoy.

En la actualidad es un colegio público normal, dependiente de la Comunidad de Madrid, aunque sigue conservando esa función asistencial que le caracterizó en un principio, gracias a que conserva una residencia en la que viven 60 niños cuyos familiares necesitan apoyo por motivos económicos.

La razón, por tanto, de escoger este colegio para que sus alumnos repartan la suerte de la lotería obedece a profundizar en esa labor de inserción social del centro. Es una concepción muy nuestra, muy española. Influenciada por nuestra tradición católica, que es innegable. Los niños desafortunados se convierten en privilegiados repartiendo la fortuna entre el conjunto de la población. Por otro lado, no hay nada más imparcial para entregar premios que la inocencia de un niño.

A pesar de su valor histórico, el colegio de San Ildefonso se ha tenido que enfrentar a varios intentos de cierre por parte del ayuntamiento de Madrid. Como el que sufrió en el año 2012, cuando el consistorio presidido por Ana Botella, la mujer del expresidente del gobierno José María Aznar, quiso desalojar el centro indefinidamente al finalizar el curso lectivo con la idea de acometer unas obras en las que no existía ni proyecto, ni financiación, ni plazos.

La presión de los padres de los alumnos, acompañada por informes técnicos redactados por arquitectos, consiguió tirar para atrás la intentona.

¿Qué harías tú con los millones del premio?

Una de las preguntas que nos solemos hacer los ciudadanos de a pie con respecto a la lotería de Navidad es: ¿Y tú qué harías si te tocara el Gordo? ¿En qué te gastarías el dinero? Esta también es una pregunta recurrente que suelen hacer los reporteros que trabajan a pie de calle el día que cubren el sorteo.

A tenor de las respuestas de los preguntados, la gente lo que más suele responder es “me voy a comprar un coche nuevo” o “voy a hacer un viaje”. Es decir, darnos un pequeño capricho o un pequeño premio que refleje que nos sentimos afortunados.

Otra de las respuestas habituales es «en primer lugar, voy a cubrir agujeros.» Y es que los españoles nos sentimos agobiados por nuestros compromisos crediticios: la hipoteca de la casa, el crédito que pedimos para montar un negocio, las letras del coche. Si nos damos cuenta no es consumismo, como algunos piensan, sino ayudas financieras para poder sobrevivir con dignidad.

Pocas personas dicen eso de “voy a dejar el trabajo y que le den al jefe.” Y es que el premio gordo de la lotería, aunque es un premio cuantioso, los españoles saben que no les va a sacar de pobres. Les permitirá vivir más holgados durante una temporada, pero tendrán que seguir acudiendo cada mañana al trabajo para vivir. Este pensamiento refleja nuestro sentido pragmático de la vida.

El grupo madrileño de rock “Alcalá Norte” compuso su canción más famosa “La Vida Cañón”, a partir de una entrevista que en los años 30 hicieron a un vecino del barrio de Lavapiés preguntándole sobre qué haría si le tocara la lotería. El artículo lo descubrió el batería del grupo en un post compartido en uno de esos grupos de curiosidades históricas que hay Facebook. El hombre en cuestión dijo que le compraría a su chica una mantilla para llevarla a ver los toros en el tendido a la sombra en la plaza de Las Ventas y que reservaría un par de butacas en el teatro. En fin, “la Vida Cañón”.

Ya entonces veíamos la lotería como una ilusión para darnos un capricho, pero no como la salvación de nuestras vidas. Aun así, con esa esperanza, el Gordo de Navidad es parte integrante de nuestra cultura popular.

 

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