Déjate perder por Jerez.

Jerez de la Frontera.

Jerez de la Frontera se llena hasta la bandera cada vez que en su circuito de carreras se celebra el gran premio de motociclismo o cuando cada mes de mayo organiza la popular fiesta del caballo. Pero Jerez es una ciudad que te deslumbra en cualquier época del año. Te comentamos algunos lugares de interés de la ciudad que vale la pena conocer. Déjate perder por Jerez.

Jerez tiene un ecosistema social y cultural propio. En el mercado de abastos que está al final de la calle larga, un puesto de verduras exhibe, enmarcado y colgado en la pared, un cartel con la cara de Lola Flores. Al caer la tarde, las tabernas que hay a la espalda de la plaza del arenal se llenan de parroquianos. La gente sale a la calle, mezclándose los clientes de un bar con los de enfrente. Desde principios de febrero, cada noche, los costaleros de las hermandades, sacan por las calles una estructura de madera para ensayar el paso de Semana Santa.

Es la Nueva Orleans de España. Algunos dicen que Jerez es la cuna del flamenco. No sé si será cierto. Lo que sí es verdad es que la música se respira en el ambiente. En sus tabernas, donde en cualquier momento no es extraño que un grupo de amigos se lance a cantar por bulerías, en sus calles y hasta en el andar de sus gentes. Jerez es uno de los lugares de España en los que la comunidad gitana se encuentra plenamente integrada en la población. No hay diferencia de razas. Una apertura de mente, que sin duda, marca la idiosincrasia del lugar.

Dicen nuestros amigos de Visitours, una agencia que organiza excursiones y visitas guiadas por los rincones más bellos del sur de España, que Andalucía está repleta de tesoros. Jerez de la Frontera es uno de ellos. Estos son algunos lugares de interés de la ciudad que te recomendamos.

La calle larga, la calle ancha y la plaza del Arenal.

Estas dos calles y la plaza siguen el recorrido de un segmento de la antigua muralla árabe medieval. La calle larga es el epicentro comercial de la ciudad. Una vía que vertebra el casco antiguo. Repleta de tiendas, bares, comercios y edificios históricos; la calle está abarrotada de gente durante todo el día. Arranca, por así decirlo, de la Plaza de la Alameda de Cristina. Una especie de paseo donde suelen estar aparcadas las calesas de caballos. Su otro extremo desemboca en la Plaza del Arenal. Que cumplió y sigue cumpliendo la función de foro romano. Un lugar de encuentro para los vecinos y escenario de celebraciones y eventos populares.

La Plaza del Arenal es una gran explanada cuadrada con una fuente en el centro, bordeada por palmeras. Se corresponde con la antigua Puerta Real. La principal puerta de entrada a Jerez. Entre el siglo XVI y XIX era el lugar donde se celebraban los espectáculos ecuestres y taurinos, de ahí proviene su nombre. Hoy está rodeada por terrazas, en los que tomar tranquilamente un fino y una tapa, y deleitarnos observando edificios históricos como la Alhondiga, construida en 1613 durante el reinado de Carlos II, y el Palacio de Justicia, con su fachada neoclásica.

No muy lejos de la calle larga se encuentra la calle ancha. Otra calle comercial, esta sí, con tráfico rodado, a diferencia de gran parte de la calle larga, que es peatonal. La calle ancha conecta la Iglesia de Santiago, de estilo gótico, construida por Alfonso X “el Sabio” con la Iglesia de la Victoria, un antiguo convento franciscano de estilo barroco. Cuando visité Jerez por primera vez, me llamó la atención que muchas de las calles del casco antiguo tuvieran nombre de adjetivo, como la calle ancha, la calle honda o la calle nueva.

El Alcázar.

En la parte más alta de la ciudad se encuentra el Alcázar árabe. Según el blog Viajeros Callejeros, se trata de uno de los pocos ejemplos de arquitectura almohade que queda en la península ibérica. Los Almohades fueron un pueblo originario del norte de África que desembarcaron en España en 1145 con la intención de unificar los reinos de taifas en los que se había desmembrado Al Ándalus, después de la implosión del Califato de Córdoba.

Los Almohades llegan a la península por Algeciras y Tarifa, y establecen en Jerez su primer y principal enclave.

El Alcázar de Jerez destaca por sus altos y robustos muros, con un perímetro de 4 kilómetros de longitud. Este edificio no solo tenía una función defensiva para la ciudad, también delimitaba la Medina, el centro administrativo del gobierno almohade. Por eso, visitar su interior es como recorrer una pequeña ciudad.

En la visita al Alcázar podemos disfrutar de sus jardines, de la antigua mezquita, del molino de aceite, del patio de armas, de los baños árabes y del Palacio de Villavicencio. Construido este último dentro de la fortificación, en 1664, sobre ruinas de antiguos edificios árabes. El palacio señorial cuenta con una torre desde la que se puede observar toda la ciudad de Jerez.

La catedral.

Jerez tiene una cuarentena larga de monumentos religiosos, entre iglesias, ermitas, conventos. La mayor parte de ellos, con un gran valor histórico y artístico. Uno de los más destacados es la Catedral de San Salvador, de estilo gótico. En el que impresiona su fachada, con el juego de arcos arbotantes sujetando la cúpula, y el hecho de que la torre del campanario se encuentre separada del edificio.

La catedral fue levantada sobre las ruinas de la mezquita mayor de Jerez, y se corresponde, en realidad, con la colegiata de un monasterio franciscano construido durante el reinado de Alfonso X, el Sabio.

La consagración de la catedral y el cierre de antiguo monasterio son relativamente recientes. El papa Juan Pablo II en 1980 ordena este edificio como catedral y en 1984 dicta la bula papal que pone fin al convento, destinando las dependencias de los monjes a albergar las instalaciones de la administración de la diócesis. Naciendo, de esta manera, la diócesis de Asidonia – Jerez, una de las más recientes de España. Todo un reconocimiento al peso que ha tenido la iglesia católica en la historia de esta ciudad andaluza.

El barrio de Santiago.

Otro de los placeres que nos brinda Jerez es la posibilidad de pasear por sus barrios antiguos, como el Barrio de Santiago o el de San Miguel. Barrios de calles estrechas, con la calzada empedrada con adoquines, flanqueados por casas tradicionales andaluzas. Muchas de ellas con verjas, desde las que se pueden apreciar sus magníficos patios repletos de macetas.

Pasear por el barrio de Santiago es zambullirse en la historia y la cultura jerezana. En un extremo del barrio tienes la iglesia medieval de Santiago, en esa misma plaza, encuentras una emblemática taberna flamenca, donde han actuado algunos de los más insignes cantaores del género. En el interior del barrio está el antiguo Hospital de la Sangre. Un hospital construido en el siglo XV.

El barrio está salpicado por placas conmemorativas en honor a artistas flamencos que nacieron en el lugar. El cantaor José Mercé, el guitarrista Diego Carrasco, el bailarín y cantaor Tomasito, la cantaora Macanita y el Capullo de Jerez son originarios del barrio de Santiago.

Visitar las bodegas.

Desde luego, no puedes ir a Jerez sin visitar sus bodegas. Jerez es famoso en el mundo entero por sus vinos. Las bodegas, además de ser centros de producción, tienen toda una historia detrás. La web Andalucía Vibes enumera las bodegas jerezanas que admiten la visita de turistas. Te comentamos tres de las más emblemáticas.

  • Bodega Tío Pepe. Propiedad de la empresa González Byass, el fino Tío Pepe es uno de los vinos más populares de Jerez. Esta bodega fue inaugurada en 1835 y se encuentra en la calle Manuel María González, no muy lejos del casco antiguo. Aún sigue operativa y en su interior se producen diferentes tipos de vinos como olorosos, amontillados, Pedro Ximenez, etc. Además de recorrer sus instalaciones, sus visitas guiadas concluyen con una cata de caldos y tapas.
  • Williams & Humbert. Situada fuera del núcleo urbano, esta bodega fue inaugurada en 1877 por dos ingleses apasionados del vino de Jerez. El aristócrata y comerciante Sir Alexander Williams y el etnólogo Arthur Humbert. Desde que abrieron la bodega se dedicaron a producir vinos de alta calidad que exportaban fundamentalmente a Gran Bretaña. La conexión entre Inglaterra y Jerez ha sido siempre estrecha. Sobre todo después de la guerra de la Independencia.
  • Bodegas Tradición. Fundada por Joaquín Rivera en 1998, la visita a estas instalaciones es toda una experiencia cultural. Además de conocer las técnicas tradicionales usadas en la producción del vino de Jerez, accedes a la pinacoteca particular de la bodega en la que se incluyen obras maestras de pintores como Zurbarán, Goya y Velázquez.

Esto es solo una pequeña muestra de todo lo que puedes encontrar en Jerez de la Frontera. Una de esas ciudades que cuando las conoces, ya estás pensando en volver.

 

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