Hay todo tipo de opiniones acerca de los embutidos y sus beneficios para una dieta saludable. Mucha gente los ve como alimentos naturales otros los ven como los enemigos de una dieta balanceada y libre de grasas. Así que para esclarecer el asunto, hemos elaborado este artículo con los beneficios de estos productos e incluso, te presentamos a los 5 más saludables. Sigue leyendo.
Tipos de embutido
Lo primero es conocer los tipos de embutidos que existen y las diferencias que hay entre ellos. Y es que aunque todos son alimentos que vienen derivados de la carne, varían según su elaboración.
Para comenzar, están los embutidos crudos que no han pasado por tratamientos térmicos y pueden ser frescos o ahumados. Seguidos por los cocidos, que sí han pasado por procesos térmicos.
Además, también tenemos a los embutidos curados, que son aquellos que han pasado por un proceso de secado.
No obstante, la mejor clasificación que podemos hacer es la que atiende a su principal ingrediente y que los divide en 4 tipos de embutidos básicos:
- Embutidos de carne: como por ejemplo chorizo, salchichón, lomo embuchado, fuet, salchicha, butifarra, sobrasada… Además, aquí no solo encontramos la carne de cerdo, sino también los de carne de monte, ricos en proteínas, minerales, hierro, fósforo y vitaminas del grupo A. Los embutidos de carne silvestre incluyen la carne de ciervo, que posee un sabor muy agradable y una textura ligera, y la de jabalí, con un sabor más intenso y su textura es más fuerte.
- Embutidos de vísceras: como el sabadeño, la salchicha de hígado o la longaniza gallega.
- Embutidos de sangre: el más conocido es la morcilla.
- Fiambres: entre los que encontramos Jamón York, mortadela, cabeza de jabalí, chopped, pechuga de pavo, etc…
Beneficios de los embutidos para la salud
Aunque muchos no lo creerían, este se trata de un alimento que tiene muchos nutrientes y cuyo consumo puede traer muchísimas ventajas para tu organismo. Nuestros amigos expertos en embutidos de Charcutería Redondo nos cuentan cuales son:
- Son ricos en potasio, zinc, magnesio y fósforo. Y, por supuesto, si la calidad de la carne de la que procede el embutido es buena, estas propiedades serán aún mejores.
- Son ideales para personas con anemia por falta de hierro, ya que su alto contenido en hierro y vitamina B12 convierte a este alimento en idóneo para combatir la anemia o cuando se tienen los niveles de hierro bajos.
- Proporcionan la energía que necesitas antes de hacer ejercicio,ya que son una fuente importante de calorías. Por esta razón, pueden llegar a ser muy beneficiosos para deportistas o para personas que realicen trabajos que les ocasione un gran desgaste físico.
- Tienen un alto nivel de selenio, el cual es un importante antioxidante que disminuye el riesgo de padecer enfermedades como cáncer, anemia, diabetes y ciertas enfermedades infecciosas.
Los 4 embutidos más sanos
Ya vimos que los embutidos son ricos en proteínas y otros componentes beneficiosos para nuestro organismo, pero no podemos olvidar que también contienen grandes cantidades de grasas saturadas, colesterol y sal. Por eso, hay que saber qué embutidos comprar y cuáles son los más convenientes para ti. Aquí los 5 más saludables:
- Jamón cocido
El jamón cocido se elabora a partir de la pata trasera del cerdo. Mientras que, si se utiliza la delantera, se denomina “paleta”. Estas piezas son sometidas a un proceso de salmuela a las que posteriormente se les da «un moldeado para darle la forma adecuada y de un tratamiento térmico», según lo establecido por el Real Decreto 474/2014.
Por su parte, tanto en supermercado como en charcutería aquellos que son denominados como «extra» llevarán una proporción mayor de carne (de entre el 80 y el 90%), mientras que el jamón o paleta cocida sin más rondará el 70%.
Para comprar el mejor jamón cocido es importante tener en cuenta que cuando se designa como fiambre significa que para su elaboración se han añadido féculas, (almidón, proteínas vegetales, etc.). Además su cantidad de carne será menor, mientras que aumentará la cantidad de aditivos como conservantes, agua y potenciadores del sabor. Y ya que según la normativa, este tipo de productos no puede ser etiquetado como jamón, de seguro que lo encontrarás con otras denominaciones como por ejemplo fiambre de York.
Otros productos de los que deberías huir son los que se anuncian como «jugoso», o «extrajugoso» ya que esto no es sinónimo de calidad, sino de una mayor cantidad de agua.
A la hora de optar por el más saludable, debes elegir son aquellos denominados como jamón cocido o paleta extra y que en la etiqueta indiquen una mayor proporción de carne y menor cantidad de sodio.
2. Pavo
El pavo ha pasado a ser uno de los embutidos más consumidos al ser una carne mucho más ligera y baja en grasas y sal. No obstante, no te puedes confiar de todos los productos que veas en el supermercado o charcuterías, ya que no todos tienen la misma calidad.
Nuevamente, para asegurarnos de que el producto tiene las características que estamos buscando y es de calidad habrá que buscar que sea pechuga de pavo como tal, de forma que estemos seguros que no lleva almidón o glucosa.
Si, de lo contrario, en los embutidos este es denominado como «fiambre de», entonces conlleva que se han añadido féculas para su elaboración, como explicamos que sucede con el jamón cocido.
Por esto, lo recomendable es mirar siempre la etiqueta para revisar la lista de ingredientes. Lo primero a tener en cuenta la cantidad de carne de pavo que lleva el producto, pues en algunos casos esta puede ser incluso menor del 60%. El resto serán azúcares, almidones, sal, agua y proteínas de menor calidad.
Además, siempre suele suceder que estos productos de menor calidad también llevan una buena lista de aditivos, entre ellos nitritos, fosfatos y carragenanos, con dudosos efectos sobre la salud, tal y como lo advierten los expertos en nutrición.
Una buena alternativa es comprar en la pollería carne de pavo y optar por picarla o prepararla en casa para añadir a bocadillos y ensaladas.
3. Pechuga de pollo
La pechuga de pollo, al igual que la de pavo, es baja en grasas (2,8 gramos) y sal (81 gramos )si se le compara con otras carnes y rica en proteínas de alto valor (21,8 gramos).
Pero como pasa también con el pavo, debes asegurarte de que el embutido que compras sea referido como pechuga de pollo y no con otras denominaciones, como la ya mencionada “fiambre”.
También debes evitar aquellos etiquetados como fiambre que contengan azúcar, harinas o almidón y buscar siempre aquel que tenga el mayor contenido de carne.
4. Jamón serrano
Desde el melón con jamón al bocadillo o la barrita en el desayuno, el jamón serrano es un símbolo nacional, muy presente de las cocinas españolas.
Sin embargo, esto no le quita que sea una carne procesada sobre la que los nutricionistas alertan de su consumo. Y es que, aunque entre las distintas clases de embutidos que explicamos anteriormente, el jamón serrano se ubica entre los de mayor categoría, se debe consumir con moderación debido a su característica de carne procesada con un alto nivel de sal y grasa.
«Para mi el jamón serrano es mejor opción que otro tipo de carnes procesadas pero no quiero que forme parte del día a día de las familias», reconoce Rebeca Pastor, nutricionista de My personal food.
Su opinión para llevar un consumo moderado de este producto es que además de ser una carne procesada conlleva un alto contenido en sal (1.110 gramos de sodio por cada 100 gramos).
En cuanto a sus grasas, estas suponen el 13% de su contenido. Si bien la grasa mayoritaria es monoinsaturada (5,09 gramos), las saturadas también están presentes en altas cantidades (4,40 gramos).
- Chorizo
Por su parte, el chorizo aporta aproximadamente alrededor de 351 calorías por cada 100 gramos de producto. Es rico en hierro y zinc además de suponer una fuente destacada de proteínas (19,5 gramos).
Pero también destaca su contenido graso, más de 30 gramos por cada 100 gramos, de los cuales hasta 12,94 gramos corresponden a grasas saturadas. Sin contar que también posee un contenido elevado de sodio (960 gramos).
Por eso, y según el reglamento marcado por el BOE , es conveniente optar por la categoría «extra» ya que asegura menor proporción de grasas y de proteínas añadidas.
Además, también se recomienda:
- Uno de los ingredientes que contienen los embutidos es el sodio(200 mg de sodio por cada 100 gramos de embutido), por lo que debes tener mucho cuidado al elegir este tipo de productos si lo que necesitas llevar una dieta baja en sal.
- Las autoridades sanitarias recomiendan consumir embutidos solo una o dos veces por semana.
Así que, en conclusión, consumiendo estas cantidades y siguiendo una dieta equilibrada acompañada de la práctica de ejercicio físico, comer embutido no tiene porque suponer ningún peligro para tu salud. No obstante, lo mejor es consultar con tu médico especialista si tienes alguna duda o realizarte un test de la microbiota que, como indican desde Feedbiota, nos ayudará a determinar cuáles son los alimentos más beneficiosos y más perjudiciales para nuestro intestino.