La lotería nacional es uno de los sorteos más populares del estado español. ¿Quién no ha fantaseado con todas las cosas que podría hacer en caso de que le tocase? Comprar un coche, una casa, un viaje, dejar el trabajo… Desear ganar fortuna de esta manera es comprensible y no tiene nada de moderno. Su origen está en los juegos de azar, y estos llevan milenios instalados en nuestra conciencia alimentando la esperanza humana por enriquecerse de pura suerte.
Se conoce que en la antigua Mesopotamia, en torno al año 3000 a.C., ya existían dados de seis caras para jugar; y en la propia biblia hay referencias a los juegos de azar. Cada cultura, a lo largo y ancho del planeta, creó y desarrolló naturalmente sus propios juegos de azar. Por ejemplo, en China en el siglo I a.C. funcionaban las casas de juego, y se apostaban incluso animales. En la antigua Roma también eran muy entusiastas de esta actividad, a pesar de ser condenada, tanto moral como legalmente, permitiéndola solamente durante las fiestas saturnales, que se celebraban finales de diciembre. Tal y como cuentan desde National Geographic, en Roma se jugaba a las tablas, que consistían en lanzar cuatro tablas al aire y apostar sobre las caras sobre las que caerían; así como a los dados, que se incluían en juegos con normas diferentes. En la Edad Media, los juegos de azar gustaban tanto, que el mismísimo rey Alfonso X el Sabio ordenó crear un libro titulado “El libro de los juegos”, fechado entre 1252 y 1284 para dar cuenta de esta tradición y dejarla por escrito. Se trata de un amplio catálogo que contiene descripciones e ilustraciones de distintos tipos de juegos. Uno de los más populares era el ajedrez, que llegó a su reinado a través del contacto con al-Ándalus; y los juegos de dados y tablas también siguieron estando muy presentes.
La lotería moderna es un juego más, pero tiene la peculiaridad de que, durante años, fue monopolio del estado y, en muchos lugares, sigue siéndolo. Se juega con billetes impresos con números y consiste en acertar la cifra completa o parcialmente, que se elige al azar. Las bases son muy sencillas, pero la victoria es difícil y depende, en gran parte, de la suerte. El premio puede llegar a ser muy elevado, así que atrae a muchos compradores. Parece que su origen se sitúa en Italia. Su creación se atribuye a un concejal genovés de nombre Benedetto Gentile que proponía renovar los miembros del Concejo de la ciudad a través del juego. Posteriormente, se introdujo en España. Bajo el reinado de Carlos III fue impulsada por el Marqués de Esquilache, ministro de hacienda, que creó la lotería en 1763 con el objetivo de recaudar fondos sin tener que implantar un nuevo impuesto que despertase el recelo de la sociedad en Madrid y levantase protestas en la ciudad. En 1811 se instauró en el resto del país, aunque no fue hasta el 4 de marzo de 1812 cuando se celebró el primer sorteo oficial. Hacia 1818, con el rey Fernando VII al mando, se organizó un sorteo en Navidad, que se convirtió en el más famoso de España, y hubo un personaje popularmente conocido como “el enano afortunado” encargado de anunciar la lotería, que fue el que acuñó el término del “Gordo de navidad”, el cual sigue utilizándose a día de hoy para referirse al premio más elevado.
Como estamos viendo, la lotería y el juego en general, son cosas muy antiguas que, con el tiempo, han ido modernizándose. En la actualidad se han introducido máquinas para comprar boletos y formas nuevas de jugar. Los especialistas de Lotería La Piedad tienen adaptada la posibilidad de comprar boletos online, y esto permite a los clientes elegir el número más deseado según su propio criterio sin salir de casa.
Aunque resulta hermoso e interesante conocer el desarrollo de una práctica a lo largo de los años, también hay que mirarlo con recelo y ser consciente de sus peligros. Debemos tener en cuenta los problemas que está causando el juego, sobre todo, entre las personas con situaciones de vulnerabilidad. Las casas de apuestas y casinos, invaden barrios enteros y absorben la adicción de muchas personas que acaban arruinadas. Por ello, quienes quieran probar suerte, deberían tener miedo de engancharse, y tomar precauciones para no hacerlo. Una de las maneras más efectivas es: reservar el juego a ciertos momentos del año, como pueden ser los famosos sorteos del día del padre, la lotería de navidad o la del niño.
Juega con responsabilidad y disfruta de esta práctica milenaria. ¿Ya sabes lo que vas a hacer con el dinero? ¡Mucha suerte!