El yoga hace conscientes a los niños de sus propias emociones

El yoga tiene múltiples beneficios para los niños, practicar unos minutos al día aporta a los pequeños relajación y tranquilidad. También ayuda a los niños a concentrarse mejor, a estar más receptivos y ser más positivos.

Los expertos explican que esta técnica previene y ayuda a combatir trastornos habituales en niños, sobre todo, los relacionados con la alimentación, las alteraciones del crecimiento, la hiperactividad propia de la edad, etc.

El mejor momento para empezar con las posturas parece situarse entorno a los 7 u 8 años, porque es cuando el niño ya tiene un mínimo de fuerza. «Se considera que en esta etapa el objetivo del yoga es ayudarle en su desarrollo físico, enseñarle las colocaciones correctas de un cuerpo sano, ayudarle a fortalecer y a flexibilizar. En esta etapa las prácticas de control de la respiración y meditación no deberían introducirse», explica Olga Jiménez, profesora de yoga.

Para evitar el aburrimiento es aconsejable que las posturas de yoga las hagan un mayor número de veces, pero durante menos tiempo. «Sus cuerpos aún no están formados y sus huesos y articulaciones son más débiles que en los adultos. Las posturas cargando peso sobre el cuello deberían evitarse hasta los 18 años y dependiendo de la preparación previa incluso hasta más adelante. Los equilibrios prolongados sobre sus muñecas también están desaconsejados», afirma Jiménez.

Se pueden hacer posturas de animales, cantar canciones o mantras. Los profesionales de AulaRecreo informan que esta disciplina hace conscientes a los niños de sus propias emociones. Además, mejora el aprendizaje, la atención y la memoria.

Una clase de yoga con niños es muy distinta a la práctica de un adulto, lo que se busca es que puedan conectar con su cuerpo, divertirse y relajarse.

Si los niños tienen 5 años es mejor contarles una historia atractiva y que hagan la postura después. Si embargo, a partir de 7 años, el profesor puede explicar en las clases los beneficios que cada postura produce en la mente y en el cuerpo.

Es conveniente que al terminar la clase los niños cuenten su experiencia y cómo se sienten.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria informa que el «yoga, frente a otras actividades para niños, fomenta además valores muy importantes: reconocer nuestras emociones y aceptarlas a la vez que aprendemos de ellas, vivir el presente con aceptación y gratitud, la capacidad para superar obstáculos o miedos, la creatividad, la capacidad de amar sin prejuicios, vivir en calma… En definitiva y, aunque parezca increíble, ser un ser más feliz y libre».

Los beneficios del yoga para niños son los siguientes:

-Controla la respiración.

-Ayuda a ganar flexibilidad.

-Disminuye el estrés.

-Ayuda a corregir la postura corporal y a canalizar la energía.

-Trabaja la paciencia y la responsabilidad.

-Favorece la autoestima y la autoconfianza.

-Aumenta los niveles de concentración.

-Ayuda a ser más sociables.

Las mejores posturas de yoga con niños

A continuación, te explicamos las posturas de yoga que se pueden hacer con niños:

Vkrasana o postura del árbol

Esta postura mejora la concentración y relaja. El niño debe juntar las piernas y colocar los brazos pegados al cuerpo. Con una mano, coger el pie y llevarlo a la ingle contraria. Si los niños mantienen el equilibrio pueden subir los brazos juntando las manos y apuntando al cielo.

Tadasana o postura de la montaña

Con esta postura el pequeño puede estirar toda la columna, también ayuda a mejorar el equilibrio. Se hace de pie y es importante separar los pies un poco e, inhalando, llevar las manos al pecho.

Respirar profundamente y elevar las manos hacia el cielo. Mientras el niño realiza esta postura puede repetir el mantra: «soy capaz de escalar montañas» o «soy una gran montaña».

Adho musa svanasana o postura del perro boca abajo

Esta postura sirve para coger fuerza en los brazos y las piernas. Es la misma postura que hacen los perros al estirarse.

Bhujangasana o postura de la cobra

Con esta postura el niño coge fuerza en los brazos y estira la espalda. Se hace tumbado hacia abajo, el niño coloca las manos a la altura de los hombros y hace fuerza con los brazos para impulsarse hacia arriba lentamente, sin levantar las caderas del suelo. El mantra que se utiliza es «soy largo y me muevo silenciosamente».

Postura de meditación o para relajarse

Es aconsejable que las clases terminen con una postura de relajación para reducir el estrés y la ansiedad. Tumbados en el suelo hacia arriba, los niños prestan atención a la respiración, inhalando y exhalando.

¡Es aconsejable que tu hijo conozca el yoga, ya que con esta disciplina reduce el estrés!

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