Trucos para ahorrar en electrodomésticos

Cuando se nos rompe un electrodoméstico en casa la mayoría de los mortales entramos en una especie de shock. Una lavadora, de media, te cuesta 350 euros, una nevera unos 400, un lavavajillas otros 400 euros y un horno alrededor de 500 euros. Siempre hablando de electrodomésticos básicos de marcas más o menos sencillas. Si te vas a algo un poco más sofisticado te puede costar un ojo de la cara.

Estos gastos en una familia media pueden suponer un desbarajuste en sus ahorros, un gran problema o, directamente la imposibilidad de reponer el electrodoméstico estropeado por uno nuevo, por eso es tan importante tener claro cuáles son nuestras posibilidades. Antes de nada vamos a hablar de la opción más económica a priori, la reparación.

Reparación

Es obvio que, en ocasiones, reparar algunos electrodomésticos no merece la pena, bien porque tienen muchos años y se han devaluado o bien porque la reparación nos saldría casi más cara que la compra de un nuevo electrodoméstico. No obstante, no hay que descartar esta opción a la ligera. Y es que hay muchas personas que dan por hecho que llamar al servicio técnico de una marca puede salir realmente caro, y esto es algo que pensamos muchos debido a que las propias marcas así lo han promovido ya que, para ellas, es mucho más rentable que compres un nuevo producto.

Lo primero que debes saber es que el profesional que venga a ver tu electrodoméstico estropeado, pueda arreglarlo o no, te va a cobrar los gastos de desplazamiento. Ahora bien, ¿tienes seguro de hogar? Es importante tener a mano nuestra póliza de este seguro ya que son muchas las compañías que cubren hasta dos reparaciones al año, por un valor determinado, en electrodomésticos con menos de 10 años de antigüedad. Si tienes la suerte de contar con un seguro que cubra esto tienes mucha ventaja y es que, pueda arreglarte o no el aparato estropeado, el técnico no te cobrará absolutamente nada, ya que la factura del desplazamiento correrá a cargo de tu seguro de hogar. Eso sí, recuerda que hay un limite en el presupuesto y que solo suelen entrar dos reparaciones al año por lo que tienes que pensar si te conviene que te cubran esa factura o no.

Si el presupuesto de reparación no es demasiado elevado, adelante, ya sabes lo que tienes que hacer. Y es que reparar los electrodomésticos estropeados puede ayudarte a ti y al planeta.

De segunda mano

Otra opción es la compra de electrodomésticos de segunda mano. Lógicamente hay que tener en cuenta muchos factores porque no es lo mismo comprar un electrodoméstico que tiene un año de antigüedad, por ejemplo, que otro con 7 años. El que tiene 7 años te resultará más económico pero ¿merece la pena? Personalmente creo que no, más que nada porque el tiempo de vida que le quede a ese electrodoméstico no será muy elevado aunque si te lo dejan extremadamente barato igual puede sacarte de un apuro aunque sea solo por un par de años más.

En electrodomestico.es podéis ver algunos consejos para comprar electrodomésticos de segunda mano.

Nuevos electrodomésticos

Y por fin la tercera opción que muchos estabais esperando, comprar nuevos electrodomésticos económicos.

Hay muchos espacios donde podéis encontrar electrodomésticos más económicos que la media pero tened claro lo siguiente: a veces lo barato sale caro ¿Y cómo podemos estar seguros de que nuestra compra es una buena compra? Acudiendo a una tienda especializada con profesionales que asesoren correctamente a sus clientes.

Yo recomiendo Mega Hogar, una tienda física y online donde podemos encontrar electrodomésticos de primeras marcas y también de segundas marcas y marcas poco conocidas que ofrecen un fantástico resultado.

Por ejemplo, en su catálogo podemos encontrar electrodomésticos Candy, Infinition, Beko, Teka, Samsung o Balay entre otros. Es decir, que tiene un amplio rango de precios entre los que poder elegir la mejor opción para nosotros y siempre con marcas que ofrezcan una muy buena relación calidad-precio.

Y es que de nada sirve pagar muy poco si luego acabas comprando algo que no hace más que darte problemas.

Elijas la opción que elijas, has de pensar siempre en que la decisión que tomes es la acertada. De anda sirve decidir optar por la reparación, la compra de segunda mano o la compra de electrodoméstico nuevo si luego vas a tirarte tres meses arrepentido de ello. Debes adaptarte al presupuesto que tengas, eso de antemano, pero tampoco debes optar por la opción más económica si no estás conforme con lo que obtienes a cambio así que, si no puedes arreglar el problema de inmediato, plantéate otras opciones.

Por ejemplo, si lo que se te ha roto es la lavadora tal vez puedas acudir a una lavandería autoservicio durante unos meses hasta que ahorres o salgas del bache económico. Si lo que se te ha roto es el horno, tal vez debas plantearte pasar unos meses con recetas a la plancha, al microondas o, por supuesto, en cocina. Y si lo que se te ha roto es el lavavajillas deberás fregar a mano durante un tiempo.

Debemos tener en cuenta de que siempre ha opciones y aunque todo parezca enorme, un problema gigante, en realidad no lo es tanto. Hay momentos en la vida en los que se ha de tomar una decisión u otra dependiendo del contesto que nos rodea y eso no es nada malo, ni mucho menos. Así que si no sabes qué opción tomar lo mejor que puedes hacer es respirar hondo y darte un tiempo hasta que decidas qué es lo mejor que puedes hacer, para ti y tu familia. Eso sí, nunca sobrepases tus posibilidades porque eso nunca sale bien, es un consejo.

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